lunes, 24 de enero de 2011

M.a.q;C Parte I

Lo sabía ABSOLUTAMENTE TODO de mi.
Mis gustos, anécdotas, metas, miedos, sueños, intereses, amores y demás!
Sabía incluso las cosas más sombrías, las travesuras más picantes... todo TODO!  Y así, completamente yo, igual me aceptaba y me quería de ese modo.


Solíamos pasar mucho tiempo juntas. Nuestras madres eras muy amigas y a menudo salíamos por ahí a tontear, comer, jugar, conocer y muchas cosas más. Era mi hermana practicamente, siempre estuve sola por ser hija única y ella también lo era; y juntas, eramos un gran dúo.


Era muy alegre y divertida pero sabía cuando ser atenta y callada.
Al igual que yo amaba los deportes, hacer arte y música, estabamos en el coro del colegio y competimos a nombre del mismo en el Teatro Peruano Japonés durante un par de años.
Teníamos un montón de cosas en común.
Cuando yo decía algo aveces callaba y acataba. Cuando ella decía algo yo callaba y acataba. Intercambiábamos puntos de vista hasta llegar a un acuerdo y eso era muy bueno. Ella no caminaba ni detrás ni delante de mi, caminaba a mi lado... Y es genial cuando alguien lo hace, porque no se cree ni mejor ni peor que tú... y creo que en eso se basan las grandes amistades.


Era muy blanca y de cabello negro, ondeado muy largo. Sus ojos eran muy grandes y luminosos de color café que hacían juego con unas pestañas muy largas y negras. De cejas muy finas, practicamente dibujadas. Tenía 3 lunares marroncitos que resaltaban en su rostro, se ubicaban en su mejilla izquierda y eran muy graciosos. De nariz y boca pequeña que le daba un aspecto aún más gracioso y dulce.


Simplemente era ella. Mi mejor amiga. Christina (: 


El colegio me regaló a muchas personas con quienes he compartido muchísimo y tengo muchísimos años de amistad... debo resaltar aquí a Max, Jennifer, Katheleen, José Martín & Ángel... Pero recuerdo especialmente a Christina porque ella no era solo una compañerita, era, como ya dije antes, una hermana para mi. 


Un día de colegio nos tocaba karate. Y le tocó pelear con Jennifer quien de un puñete le quito el aire y la dejó malísima en el suelo. No sabía qué hacer pero de inmediato el profesor le dio primeros auxilios... Yo me desesperé y le agarré cólera a Jennifer, una gran amiga actualmente. Después del incidente, me fui en contra de ella y nos dimos de cachetadas, golpes y todo, hasta que nos separó nuestra profesora Carmen. 


Tuvimos problemas, MUCHOS problemas, pero finalmente todo se arregló y nuevamente en clase hablé con Chris.
  
   -  No sabía qué hacer! Me desesperé tanto! Me preocupé mucho por ti pero ni idea de como quitarte el dolor. De grande seré doctora y te curaré cuando te pase cualquier cosa! Ya verás (:


   -  Como gustes (:  Yo solo sé que seas o no doctora, basta tu compañia para quitarme cualquier dolor. Me haces mucho bien (: 


Pasaron unos meses de esto pero las cosas en el salón eran tensas porque o estaban de mi lado o del de Jennifer, gracias a eso cada una ganó muchas rivalidades... Y eso estaba mal. Por suerte nuestra tutora supo controlar la situación y ..no nos amistamos, pero al menos ya no peleabamos ni discutíamos ni separabamos al salón en dos bandos.


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Hubo un día triste para mi. Christina faltó y eso era algo muy extraño. Era normal que yo faltara porque me quedaba dormida o me daba flojera o me "enfermaba", pero que ella faltara si era muy raro porque era muy sana y no era tan floja como yo, era demasiado responsable. La extrañé mucho así que durante el recreo me quedé en el aula conversando con los chicos, porque ni hablar me juntaría con Jenny y su grupito.


Esa tardé llamé a su casa y nadie contestaba, insistí una y otra vez pero nada. Me preocupé pero esperé al día siguiente para que ella misma me dijera que pasó.


Faltó de nuevo. La profesora preguntó si alguien sabía algo y yo dije lo poco que sabía hasta que casi a la salida, entró el director al salón con unos comunicados, se los dió a la Miss Carmen y luego se aclaró la garganta.


   - Muchachos, debo darles una noticia penosa respecto a su compañera Christina.


No le estaba prestando atención pero al oir ese nombre de inmediato giré la cabeza y le clavé la mirada esperando lo que se venía.


   - ... En estos momentos debemos brindarle apoyo a ella y a su madre, la Sra. Doris debido al duelo que están viviendo


Duelo ? Con quién pelean? :S


   - ... Su padre falleció el día de ayer en la madrugada viajando a la selva y nosotros como familia Canevarina debemos mostrarles nuestro afecto en estos tiempos difíciles...


Continuó hablando pero el saber que su papá murió hizo que mi corazón diera un vuelco y de pronto las cosas se desdibujaron... Pensé en mi amiga! Debía acompañarla en esos momentos tan difíciles, cómo estaría! qué le diría! Mi papá se fue de mi lado cuando yo tenía 5 años y luego lo aparté de mi vida... y si él muriera, en ese momento, creí que no me importaría mucho... Pero ella con su padre eran muy unidos y... sentí un nudo en la garganta porque no sabía qué hacer, Christina siempre estuvo para mi y ahora yo tenía que manifestarme en ese momento pero no tenía idea de que hacer ante tal situación.


   - Maishel estás bien? - preguntó mi compañero de carpeta, Fernando.
   - No Were, no lo estoy...
   - Amiga tranquila porque todos vamos a ir a darle apoyo a Christy
   - Pero es que esto se escapa de mi, no se qué hacer, decir, me siento torpe! Chris... Chris. "/
   - Mira, tranquila y no te pongas así... no puedes estar así frente a quien te necesita...
   - Tienes razón. 


Sorbí la nariz y luego la profesora se puso a hablar pero no le presté atención, quería que fuera ya la salida e ir corriendo a verla.


Tocó el timbre y una voz resquebrajada por el dolor atendió el intercomunicador.


   - Doris soy yo, Rossy -pronunció mi mamá.


De inmediato salió y mi mami la abrazó y le dijo "mi más sentido pésame". No lo comprendí, pero dicho esto la Sra. Doris rompió en llanto ahí, en la puerta de su casa... Entonces preferí no decirle eso a Chistina porque no quería que llorara... Pero ella no aparecía y me pregunté en donde estaría. Como llamada por mi mente escuche pasos subir una escalera rapidamente.


La Sra. Doris reaccionó y nos hizo entrar. Me acarició el rostro y sonrió a manera de saludo y yo asentí.
Entramos y habían muchas personas de negro y un ataud en medio de la sala. No quise verlo y me escurrí entre los hombres de terno hasta refugiarme en la escalera y cuidadosamente subí al tercer piso, porque yo sabía que ella estba allí, en esa casita de madera que construyó su padre en el último piso. Allí pasabamos mucho tiempo jugando y viendo las estrellitas cuando yo me quedaba hasta tarde en su casa. Amábamos ese lugar era muy lindo y especial.


En el segundo piso una señora no me miró pero si me habló.


   - Christinita, hija por favor deja de correr que no es momento.


Y sí, no era momento... Pero yo corría al tercer piso para poder hacerle bien aunque no fuera doctora. Solo recuerdo haber dicho " mjm " y caminé hacía la azotea...


  - Chica dónde estás?
  - Chica aquí - respondió.
  - Chica lo sé.
  - Chica te necesito aqui.


Entonces la vi sentada adentro, con un vestido negro que hacía perder sus bucles del mismo color en él. Sus ojos perdieron luminocidad, su rostro pálido era afectado por ligeras manchitas rojas debajo de los ojos que indicaban tristeza. Sus largas pestañas estaban mojadas y esos lunares graciosos hoy se tornaban tristes.


Recuerdo que la abracé y rompió en llanto... Entonces no supe qué hacer, pero recordé las palabras de Fernando. " debes ser fuerte porque ella te necesita" o algo así. Entonces, me aguanté. Pero minutos después, me di cuenta de que cuando alguien llora, no necesita un rostro frío, necesita lágrimas del otro para saber que está siendo acompañado en su dolor. Y así, por mucho tiempo lloramos juntas en esa casita donde solo hubo sonrisas.


Christina lloró y yo también. No hablamos ni nada. Un abrazo y lágrimas eran suficiente comunicación para el momento. 
Perdió a su papi y no lo podía creer. Ni ella, ni yo, ni su mamá, ni nadie. Fue tan rápido...


Mi mejor amiga estaba allí, a mi lado, en el peor momento de su corta vida pero incluso allí, fue madura y pudo pronunciar...


   - Soy afortunada de tenerte, gracias Michi por estar aquí. Sabes? sé que no sabes qué hacer, te conozco mucho y eres muy obvia pero el simple hecho de abrazarme y llorar junto a mi es mucho, me acompañas y me haces sentir mejor como siempre. 


  -  Chr...


  - No, no digas nada. Solo quédate hasta que todos se vayan porque me siento muy sola y solo tú me acompañas. Michi te quiero mucho y agradezco el que estés en la casa de luto conmigo.


Volví a abrazarla, lo que dijo me quebró y entonces a punto de llorar otra vez, me susurró al oido hermana no te vayas, a lo que yo respondí hermana, no me iré.

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